La identidad como reflejo de nosotros mismos
La identidad personal es la idea que tenemos de nosotros mismos y que proyectamos hacia el exterior. Incluye elementos como la cultura, el idioma, el color de piel, la sexualidad, las ideas, las creencias y los gustos. Estos se reflejan en nuestro estilo de vida, como la vestimenta, el lugar de residencia, la comida, las actividades que practicamos y el tipo de empresa para la que trabajamos.
La creación de la identidad en el hogar
Nuestra identidad se empieza a formar en casa, en contacto con nuestros padres y los valores que nos transmiten. También se moldea por los ambientes en los que crecimos, como la escuela, los deportes, el lugar donde vivimos y los lugares que exploramos. Las personas que conocemos en el camino también juegan un papel crucial, al presentarnos ideas, valores y hábitos distintos a los que tenemos en casa.
La elección de la identidad
La identidad se elige a partir de lo que valoramos de nuestro entorno y lo que conecta con nuestro ser. Sentirnos a gusto con nuestra identidad depende de la libertad que nos dieron nuestros padres para experimentar, conocernos y aprender a valorar lo que es importante para nosotros.
Identidad y personalidad
La identidad es única y nos distingue de los demás, pero también nos permite formar parte de un grupo con valores similares. Este concepto va de la mano con la personalidad, que se construye observando a nuestros padres: cómo reaccionan ante la vida, toman decisiones y expresan opiniones. El momento clave de la construcción de la personalidad es entre 4 y 6 años, cuando a través de la confrontación a lo que conocemos, necesitamos tomar decisiones propias, destacar lo que nos hace únicos como individuos, y lo hacemos yendo en contra de las normas que hemos aprendido. Es un momento delicado y crucial para que nos podamos desarrollar sabiendo quienes somos, porque lo experimentamos. Nuestra personalidad se podrá afirmar si hemos recibido un acompañamiento que nos permite dentro de un marco seguro, descubrir nuestras propias capacidades y gustos, al margen de lo que nos transmiten nuestros padres.
Alineación con la identidad
Estar alineado con tu identidad depende de cuánto te conoces a ti mismo. La conciencia de quién eres y quién deseas ser es crucial. Si eres madre o padre, tu identidad también influye en el modelo de persona que quieres ser para tu hijo o hija. Es importante pensar en lo que quieres transmitir que te haga sentir orgulloso de la persona en la que se convertirá tu hijo/a.
El papel del coaching familiar
Si deseas explorar más sobre tu identidad, el coaching familiar no directivo es clave. Este enfoque te ayuda a poner conciencia en lo que te impide ser la mejor versión de ti mismo. A través del coaching, puedes descubrirte y vivir la vida que deseas.
Entender y construir tu identidad es un proceso que comienza en casa y se desarrolla a lo largo de la vida. Si buscas indagar más en esta faceta y alinearte con tu verdadero ser, el coaching familiar es una herramienta invaluable para alcanzar tus metas personales y profesionales. ¡Descubre quién eres y vive la vida que siempre has deseado!